¿Qué hacer para parar la ansiedad?
La ansiedad es un estado mental caracterizado por una gran inquietud, excitación, sufrimiento e inseguridad. Se puede dar de manera puntual, pero cuando persiste en una preocupación constante por situaciones o hechos diarios, puede llegar a ser desproporcionada, incluso desembocar en trastornos de pánico. Ser consciente de la importancia del trabajo previo y de la necesidad de unos buenos hábitos mentales es imprescindible para evitarla.
Estás a tiempo de detener la caída, no hay abismo, hay una inmensa red que te sostiene: La fortaleza de tu mundo interior.
¿Qué ocurre cuando estamos viviendo una situación de ansiedad?
Lo que sucede es que nuestro sistema mental ya se está quedando antiguo, está pensando y sintiendo de una forma que ya no funciona para nuestra vida. Se ha quedado obsoleto, igual que cuando nuestro coche está viejo y nos empieza a avisar con averías o unos zapatos que ya empiezan a tener la suela desgastada.
Esto es igual, si tu cuerpo te da el aviso es porque tienes que cambiar en tu mente esta forma de ver la situación o de verte a ti mismo. Esto ya NO funciona y aunque vayas a un médico y te recete una medicación determinada, cuando termina ese tratamiento, si de base no hay un buen trabajo de autoconocimiento, de saber las razones que te llevan a ese estado y saber cómo prevenirlas, esto te sucederá de forma repetitiva, porque en realidad, si no has cambiado nada en tu mente, todo seguirá igual.
¿Cómo suele avisar nuestro cuerpo y nuestra mente?
Entramos en una sensación de angustia, presión en el pecho, y a veces, incluso pánico y en esos momentos es muy importante llevar el cuerpo a la calma. Ahí es donde todo ese proceso se acelera. En esa fase aguda necesitamos parar y calmarnos. Nuestra mente nos avisa con síntomas físicos.
El entrenamiento diario es el que va a evitar que nos ocurra esto. Lo que hacemos previamente y diariamente es lo que nos ayudará a evitar esos momentos. Porque no se trata de… ¡respiro, se me quita y ya está! , no… Si no hay un cambio en la causa, ese proceso se va a seguir repitiendo. Por eso es bueno reflexionar sobre esto.
Tenemos que empezar a cuidarnos, darnos cuenta de que este cuidado mental repercute mucho en nuestra calidad de vida, en nuestro estado físico, en nuestra energía.
Frases como: «Meditar…sí, pero ahora no me hace falta…» «No, para qué si ahora ya estoy mejor» decimos esto mientras estamos con el estrés del trabajo, de la casa, etc. Estamos tan absorbidos por nuestro día a día que creemos que esto no es importante. Estas cosas ocurren, le damos prioridad a todo antes que a nuestro propio bienestar, por eso solemos acudir cuando nuestro cuerpo ya nos ha puesto en alerta.
Esto es importante, recuerda:
Aviso del cuerpo: actualización mental. Si no cambio el interior esto no cambiará.
Practica ejercicios de relajación. Cuando estés en un momento de tensión: cierra los ojos, respira y lleva tu respiración al lugar donde tienes la presión, invita a tu mente con palabras que calman: «¡Cálmate, todo está bien, serénate, respira, ahora solo hay que estar aquí en el momento presente, lo demás ya se solucionará». Puedes llevar la respiración a distintos puntos de tu cuerpo.
También puedes usar tu imaginación, tu creatividad, juega con tu mente, llévala a un mundo diferente, a otro lugar, al mar, a un paisaje relajante, a un mundo fantástico…Estos giros radicales de la mente descolocan y ayudan.
Dedica tu tiempo a investigar. Piensa por qué te ha pasado esto. Mira cómo empieza esa cadena de sensaciones, qué lo desata, qué lo empeora. Lo que piensas en esa situación. Todo esto es muy importante. Tienes que ir al origen.
Ya desde la calma nos será más fácil tomar decisiones, seguir con lo que tengamos que hacer. Si no elevamos nuestra consciencia estas situaciones se repetirán una y otra vez por eso hay que actualizarse, ilimitarse; pensar de una forma diferente.
Recuerda: el entrenamiento previo y diario es lo que realmente nos va a ayudar a evitar estos momentos de ansiedad.
Actualizar nuestra mente es imprescindible, necesitamos un cambio interno real, es momento de ilimitarnos, y dejar atrás lo que ya no funciona.
